lunes, 26 de marzo de 2007

Irreal, irreal, irreal… Real

-“Pero, Fede, sabes que no es así la cosa”
-“Si, claro… total ahora vos te vas con él y esta todo bien, pero ¿yo que carajo hago ahora?”
Volví a mi casa re puteando, mi chica me acababa de dejar por otro, todo mal con mis viejos… todos los problemas juntos me tenían que pasar a mi. Ahora que llegue me encierro en mi cuarto hasta la cena y cuando salga a comer no le dirijo la palabra a nadie y listo. Después me vuelvo a encerrar en mi habitación tranquilo con la computadora, bloqueo a todos y que no me joda nadie.

En el colectivo yendo al colegio me puse a pensar, lo mal que estaba mi vida, ¿qué era mi vida? Mi novia, la chica de mis sueños, mi familia y mis amigos, mis amigos. Son lo único que me queda.
Me acorde de la tarea de historia, me quería matar, me iba a terminar llevando historia. Ni siquiera en eso me puede ir bien la puta madre, ni siquiera en el colegio.

Volví del recreo con Jony y Juan, Jony tampoco hizo la tarea, pero para sorpresa nuestra, en el aula estaba nuestro tutor y nuestra preceptora, pero historia íbamos a tener igual. La profesora no faltó, yo ya la había visto.
Tenemos clase acerca de las drogas, cuando nos enteramos Jony y yo nos miramos a la vez y sonreímos.
Fue la típica charla que se hace una vez cada dos o tres meses, a veces de drogas, otras de alcohol, etc. Cuando salimos les comente a mis amigos que la verdad que a veces me gustaría poder irme a otro mundo aunque sea por un tiempo. Poder olvidarse de todo, poder elegir tu propio mundo, y si no te gusta el azul, pintarlo de verde.

Juan me había estado jodiendo toda la mañana por como me iba a retar el tipo de lengua cuando se entere que no había hecho la tarea, yo no lo podía contestar porque tenía razón.
Me separe un momento de los chicos porque quería ir al baño. Me tome una pastilla porque la cabeza me estaba matando y volví a clase.
Abrí la carpeta de lengua, y por supuesto, como me tiene de punto, al primero que le pidió que lea la respuesta fue a mí. Fui hasta la última hoja y para mi sorpresa ahí estaba la tarea hecha, era mi letra, ahora me acordaba, si la había hecho. Como tardé en empezar todos ya se estaban riendo, pero cuando conteste con la respuesta corta y precisa, tal como pedía la consigna, todos se quedaron atónitos, incluso el mismo profesor.
En el recreo salí, y con quien peor para encontrarme, con mi ex. Pensaba hacerme el boludo, pero ella vino y me saludo, y me dijo que tenía que hablar conmigo. Le pregunte que pasaba pero se dio media vuelta y se fue.
No podía imaginarme que podía ser, pero me empecé a hacer ilusiones.

Más tarde cuando llegue a mi casa, encontré una nota de mis papás que no iban a volver hasta el día siguiente a la noche, aproveché el viernes.
Esa noche hubo una gran fiesta en mi casa, en la que entre otras cosas, me había vuelto a poner de novio.

Me desperté, no había nadie pero estaban tiradas todas las botellas, bolsas de papa fritas, etc. Con pocas ganas me levante como para ordenar todo y de repente apareció mi mamá.
Empezó la gran guerra gran.

Me tome una pastilla, porque me dolía la cabeza. Sabía que iban a mejorar las cosas con mis viejos, de hecho, cuando baje, me pidieron perdón diciendo que habían exagerado las cosas que en definitiva yo era responsable de mis actos.

Pase a buscar a mi novia, me dijo que no podía salir, pero nosotros habíamos quedado que la pasaba a buscar para ir al cine, y bajo y me cago a puteadas diciéndome que lo nuestro había terminado hacía tres días ya.

Volví a mi casa, estaba mi mochila abierta tirada sobre el sillón y mi vieja con una nota del profesor de lengua por no haber hecho la tarea.

Después de volver a pelear con mi vieja, agarre todas mis cosas que ya estaban tiradas en el piso del living, la mochila, la llevé arriba y la arme de vuelta, pero tenía la sensación de que me faltaba algo…

De nuevo el colegio, de nuevo las malas notas, de nuevo cruzarme con mi novia y que ambos nos ignoremos, de nuevo las peleas con mis viejos, de nuevo todo mal… pero en definitiva, de nuevo todo confiable, de nuevo todo seguro, de nuevo todo real.

domingo, 25 de marzo de 2007

Un Nuevo Mundo


Él, Martín y ella, Guadalupe, estaban enamorados. Iban a la misma secundaria, y eran novios desde hacía once meses.
Se acercaba el gran viaje. Se irían a Bariloche de viaje de egresados en diciembre y llegarían allí el día anterior al aniversario de un año de novios.
Ambos se esforzaron por terminar aprobando todas las materias. Lo lograron.
Llegó el día tan ansiado. Estaba toda la división en la puerta del colegio esperando que subieran todos los bolsos al micro, para poder subir ellos. Martín estaba con su familia. Guadalupe también. Martín se despidió de sus padres y tomó valor para darse a conocer por los padres de Guadalupe.
-Hola, soy Martín, deben haber escuchado de mi, soy el novio de Guada.
-Un gusto -respondió el padre de Guadalupe, estrechándole la mano -. Cuidála bien a mi hija durante el viaje - agregó bromeando.
Martín tragó saliva y asintió. Se despidieron y subieron al micro.
Fue un largo viaje. Pero finalmente terminó, habían llegado a Bariloche. Se asignaron las habitaciones y fueron a acomodar los bolsos.
Una vez que Martín finalizó, se tiró sobre su cama exhausto. Charlando con sus compañeros de cuarto, se acordó que dentro de una hora cumpliría un año de novio con Guadalupe. Se lo contó a sus amigos y ellos acordaron en dejarle la habitación sola para ellos a partir de las doce.
Llegó el momento. Martín le agradeció a sus compañeros y fue a buscar a Guadalupe. Se dieron un largo beso y Martín le contó sobre la habitación. Guadalupe accedió. Una vez en la habitación, ambos empezaron a desvestirse, quedaron en ropa interior y Guadalupe le pidió a Martín que la escuchara un minutito.
-Tengo que confesarte algo- dijo -.Yo te quiero mucho y vos sabés que estoy enamorada de vos, pero todavía soy virgen.
Martín le dijo que no había problema, que la cuidaría mucho. Eso lo hizo recordar al padre de ella, pero rápidamente logró sacarse esa imagen de la cabeza.
Continuaron desvistiéndose, tras lo cual hicieron el amor apasionadamente. Luego Guadalupe se largo a llorar de la emoción. Derramaba las lágrimas sobre el hombro de Martín.
No se lo contaron a nadie, era su secreto.
La última noche del viaje, repitieron la escena. Pero antes de que Guadalupe empezara a llorar, Martín, le dio una cajita a Guadalupe, diciéndole que ahí adentro estaba todo lo que ella significaba para él. Martín hizo prometer a Guadalupe que abriría la pequeña caja, la noche siguiente, antes de acostarse. Esta vez, no lloró Guadalupe sola, sino que Martín la acompañó. Se acostaron a dormir y al día siguiente, en el micro, el uno evitó al otro por la vergüenza que sentían.
Una vez terminado el viaje, no pudieron evitar darse un largo y apasionado beso. Luego Martín le guiñó el ojo a Guadalupe, dándole a entender que esa noche antes de acostarse abriera la cajita.
Esa noche Guadalupe cenó, se bañó y luego de ponerse el pijama, abrió la cajita. En ella había una rosa… una rosa podrida y toda marchita. Al lado de la flor, había una carta que decía: “Bienvenida al mundo del sida”.

miércoles, 21 de marzo de 2007

Esa Mujer

-¿Cómo que odias enamorarte Ale?- le pregunté a mi mejor amigo mientras me bajaba del colectivo. No escuché qué respondió pero no me importó, él seguía en el colectivo hasta su casa donde se bajaría, y continuaría con su monótona semana de siempre. Yo por mi lado, mientras caminaba iba viviendo la vida, disfrutándola en cada momento, me gustaba eso de querer a alguien.
Deje de caminar, ¿Era verdad? ¿Era yo feliz con mi vida? Decidí sentarme en la vereda a pensar un poco en mi vida. Era medio raro, yo ahí sentado y la gente pasando. De pronto abrí los ojos, me di cuenta de la realidad ¿Querer? No, no era solo quererla. Esa mujer tan especial, de la que me acordaba cada vez que veía a una pareja en el colectivo. Esa mujer que te parece tan perfecta tanto por afuera como por adentro. Esa mujer que cuando la ves te tiemblan las manos, te dan escalofríos y sentís cosquillas en la panza… Esa mujer que me tenía… No, no, ¿como que me tenía? Yo la tenía a ella, es decir, éramos amigos desde hacia mucho. Pero, si yo la tenía a ella: ¿Cómo es eso de que no podía dejar de pensar en ella?… ella me tenía a mí, estaba enamorado, mi alma era una posesión de ella. Ahora entendía a mi amigo Ale.
-Che pibe dale, despertate y decime la hora que me tengo que ir.- Mire el reloj sin siquiera levantar la cabeza. No llegue a decirle la hora, cuando me dijo que le de el reloj.
Estaba por darle el reloj, cuando me di cuenta que ya había perdido mi alma, que más podía perder en este mundo. Nada, definitivamente nada. Y en cambio, en otro mundo podía recuperar mi alma, mi ser.
Hizo un gesto extraño y se acerco otro chico que justo pasaba por ahí, o eso creía yo. El segundo sacó una navaja, mientras que el primero me levantaba de los pelos. Me dieron una oportunidad más, pero yo ya no estaba allí, yo estaba soñando en un nuevo mundo en el cual iba a ser libre, iba a tener mi alma, yo iba a ser dueño de mi mismo. Me quise hacer el valiente, pero fue en vano. Tomaron mi reloj de mi brazo y mi celular del bolsillo, sin dejar que yo trate de escapar...

Mientras ellos se iban caminando como si no hubiera pasado nada yo quede tirado en el piso malherido.
Pensé en ella, pense en un mundo de libertad, en un mundo de libre albedrio para mi, se me dibujo una sonrisa en el rostro...