viernes, 16 de noviembre de 2007

De Mar y Tierra

Una tarde en la costa,
lo miré desde una punta.
Largo como una ruta,
se expandía hasta la otra.

Allí se encontraba,
mientras yo respiraba,
en mi se adentraba
y se me apoderaba.

Llegó a tal punto,
que por él daba luto.
Pero no era algo mutuo,
hasta que, por fin, cambió el rumbo.

En este nuevo mundo,
que llega a lo más profundo,
cualquiera esta desnudo
sin poder seguir su propio rumbo.

Esta canción,
que sale de mi corazón,
no habla del mar,sino de mi amor.